martes, 5 de abril de 2011

Llámalo neurosis o llámalo metáfora.

Y ahí seguía... bailando como si no hubiera mañana en una discoteca, junto con todos sus amigos, celebrando sin una gota de alcohol su reinserción después del "proyecto hombre". Bailaba animada, bailaba feliz y bailaba con ganas... bailaba siempre, y lo hacía sin parar. Sonreía animada, sonreía feliz y sonreía con ganas... sonreía siempre, y lo hacía sin parar. De noche, sonreía frente a la luna, y la admiraba aunque no pudiera verse... todas las noches. De día, ponía su cara mirando al sol para que se resaltaran sus ojos verdes y su pelirroja melena... todos los días. Se bañaba con la música al tope y cantando más fuerte todavía... todos los días. Centraba sus esfuerzos en los que le habían ayudado a salir de aquella mierda... todos los días. Y todos la miraban orgullosos... orgullosos de que hubiera dejado a un lado toda la mierda. Y un día que no hubo más problemas de sus seres queridos (al margen de su relación con ella), un día que estaba nublado, una noche sin luna; se fue la sonrisa durante unos segundos, paró para descansar de tanto baile... y volvió la afonía en la ducha, el silencio alrededor... y ella se fue, cogió un poco de aquello que encontró entre cajones y recuerdos... y lo siguiente, fue un anuncio en el periódico: "Muere chica joven por sobredosis, meses después de su desintoxicación total".

martes, 7 de diciembre de 2010

Batallas campales.

Frente al espejo de nuevo...
De nuevo esa cara cansada, horrible, desarreglada, desanimada y falta de vida mirándote fijamente... De nuevo ese cuerpo que se desmorona a poco a poco, que cada vez se desarregla más, que se va destartalando a poco a poco; paralizado frente a un trozo de cristal pintado.
Y cuanto más se miran ambas imágenes, más se acercan... más se descubren: más se resaltan las ojeras, y piensas "cuánto he dejado de dormir por esto..."; más engordan la cara y la barriga y dices: "puta comida."; siguen apareciendo granos y rojeces y dices: "ataques de histeria en que te los tocas"; las puntas del pelo parecen abrirse más, más y más a cada vez, y piensas: "no tiene remedio."
Es en ese momento, cuando, en silencio, en la intimidad de tu cuarto... llega Mónica y empieza a chillar, a recriminarte cómo y quién eres, a hundirte en la mierda más y más; y llega Paula y le chilla a ella diciendo que vuelva a su armario y no salga más, y te chilla a ti diciéndote que no la escuches, que lo ocultes, que seas ella en apariencia... y de repente, solo estáis vosotras tres, en un espacio negro con puntos luminiscentes y solo te llegan a los oídos chillidos que se confunden, hasta que, en un último suspiro, las mandas a la mierda mentalmente y sólo queda de ellas un grandísimo dolor de cabeza que te atormentará unos minutos más, y desaparecerá en tu cuarto vacío... con la promesa de volver a discutir en otro momento.


martes, 30 de noviembre de 2010

Psico... psicodiagnóstico.

Fruto de el estrés… ¿cómo?

Estrés por tu autoexigencia… ¿qué?

Autoexigencia por tu condición de revisar el futuro… ¿Qué cómo? Vamos a ver…

Mi condición de Barnitsbiana segunda, me mantiene calculando en la medida de lo posible el futuro que me depara el rumbo de mi vida… Prefiero mantener mi futuro controlado y decido en el presente según mi análisis del futuro me indique positivo o negativo. Estatus calculador… esto sí que no lo puedo negar, cierto, pero, ¿qué le voy a hacer? Soy barnitsbiana y no lo puedo evitar, esto ya es cuestión de ser de una forma o de otra.

Por otra parte, esta fijación en el futuro hace que busque siempre la supuesta mejor opción, llamémosla A. Esta opción A, por el hecho de ser la que obtiene mejor resultado, reacciona en mi personalidad haciendo que tenga que dirigirme a ella con el máximo esfuerzo, esfuerzo que puede que no sea apto para mí. Me exijo demasiado, dicen… no diré que no, claro.

Autoexigencia elevada… eso me recuerda, que tengo que mejorar… que mejorar, que mejorar, que mejorar… vida estresante la de estar en continua mejora, ¿no? Por eso mismo me parece coherente.

Pero pensemos en el segundo factor: estado.

Veamos un estado normal físico, mental, de autoestima, de atención y de rendimiento. Bien, ahora bajémoslo un escalón (por culpa del estrés, claro)… Si baja todo, bajan los niveles de esfuerzo que se me es concedido realizar dado mi estado, ¿verdad? Bueno pues, eso no puede ser, debo esforzarme más, más para mejorar, mejorar para el futuro, para rendir, para tenerlo todo… ¡ALTO! Se ha formado un bucle infinito… Nunca puede disminuir el estrés si se exige demasiado…

Digamos, por dejar a un lado términos psicológicos… digamos que Mónica ha venido para quedarse. Cuando ya no pueda chillar, regañar, alborotar ni estresar más, ella sola volverá al armario. Paula: “ajo y agua guapa”.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Seguidora de un nuevo gran BLOG.

Completamente harta de escuchar, leer, escribir y hacer que entendáis cómo me siento, he decidido dejar a su aire a Mónica y a Paula, para que me dejen escribir... básicamente porque tengo a alguien a quien presentaros: hoy crea su primer blog mi amigo Baltimer.

Tanto sus "terapias anti-depresivas" como sus reflexiones sobre la vida me han sido de gran ayuda esta temporada baja de ánimo...
Por eso me siento orgullosa de poder haceros saber que va a escribir sus reflexiones sobre los "sin sentidos" de la vida cotidiana para que todos podáis gozar de sus teorías "barnisbianas", que sin duda os harán pasar un buen rato descubriendo que no sois los únicos que pensáis en todas aquellas preguntas sin sentido.

A todo esto, muchísimas gracias por tu apoyo estos días, Baltimer, eres un gran amigo, y mejor persona. J



http://barnitsbianos.blogspot.com/



Atte:

La Niña del Caleidoscopio, Barnitsbiana 2ª.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Piénsalo con detenimiento.

Recurro por enésima vez a los placeres del tacto del teclado de mi querido ordenador lento, pero en el que guardo parte de mi esencia. Me rindo a sus encantos para desahogarme y hacer que cuente lo que solo se ve dentro...
Me encanta la sensación de mover los dedos de Paula para que Mónica se haga oír, sin embargo, odio sus palabras... en fin, dejemos que nos cuente.

-Paula, eres una hija de la grandísima puta.
-¿Y ahora qué te pasa?
-¿Por qué engañas al mundo, y a ella, y a ti misma?
-Yo no he engañado a nadie, yo solo soy como soy.
-Pero no dejas que me vean, tengo que luchar por salir cuando quiero que se sepa de mí.
-Te dejo salir en los ratos a solas.
-Pero, ¿no ves que así lo que consigues es que la gente crea que ella es como tú? ¿No ves que le mientes a ella haciéndola creer que mejora, solo por no dejarme salir?
-Y ¿qué quieres? ¿que crean que es bipolar?
-No, quiero que sepan que tiene sentimientos.
-¡No quiere oírlos!
-Se los gritaré hasta que se los aprenda como nunca aprenderá el despotismo ilustrado.
-¿Eres tonta?
-No, soy realista. Haz que se ponga frente al espejo, quiero hablar con ella.
-No es el momento, mira como estás... háblale cuando estés de mejor humor...
-Paula. Ahora.
-Está bien, pesada.

-Mírate bien en el espejo... ¿verdad que no eres la que todos te dijeron que serías?
Te prepararon para el no-fracaso. Te educaron diciéndote que con un poco de esfuerzo serías la niña 10, y más en los estudios, que lo llevabas en los genes, dijeron, y que la vida era fácil... pero no es así. Intentaste ser perfecta en todos los aspectos, y el resultado fueron mareos espontáneos por culpa de la ansiedad. Intentaste sacar unas notas excepcionales, pero no llegaste a ellas y después de hoy puedes decir que suspendes tu primera asignatura... ¿qué tiene eso de 10? Llevan toda la puta vida entrenándote para el éxito y convenciéndote de que podías ser un robotito perfecto... y no eres más que una chica del montón. Mira tu pelo: no es tu color natural y sigue sin gustarte del todo; mira tus ojos: son verdes y, sin embargo, a ti siguen sin parecerte suficientemente buenos; mira tu cuerpo: es un cuerpo normal, pero a ti te parece feo, demasiado ancho de huesos y con demasiada celulitis; mira tu forma de ser: muchos buscan refugio en ti cuando necesitan ayuda, y tu sigues viéndote rara. Venga, reconócelo: nunca serás lo suficiente buena. Llevan toda la vida inculcándote que puedes ser perfecta, y ahora, mientras lloras frente al espejo escuchando mis palabras, ves que no tenían razón, que deberían haberte preparado para el fracaso, porque es a lo que tiendes, y más con tu torpeza... Después de una vida escuchando perfección, te das cuenta de que eres el maldito caos. Es humano llorar, sentirte una mierda y autocompadecerte... He venido en tus sueños y te he explicado que quiero salir, te lo he pedido por las buenas... ahora ya me has tocado la pipa de verdad: necesitas ayuda si no quieres que tenga motivos para destrozarte, de lo contrario, te hundiré en la miseria. Sigues empeñada en engañar a todos y simular que no existo... a ellos puede que puedas mentirles, pero ni a tu novio, ni a quien te conozca de verdad, ni a ti misma podrás llegar a engañarlos: yo siempre vuelvo.