martes, 30 de noviembre de 2010

Psico... psicodiagnóstico.

Fruto de el estrés… ¿cómo?

Estrés por tu autoexigencia… ¿qué?

Autoexigencia por tu condición de revisar el futuro… ¿Qué cómo? Vamos a ver…

Mi condición de Barnitsbiana segunda, me mantiene calculando en la medida de lo posible el futuro que me depara el rumbo de mi vida… Prefiero mantener mi futuro controlado y decido en el presente según mi análisis del futuro me indique positivo o negativo. Estatus calculador… esto sí que no lo puedo negar, cierto, pero, ¿qué le voy a hacer? Soy barnitsbiana y no lo puedo evitar, esto ya es cuestión de ser de una forma o de otra.

Por otra parte, esta fijación en el futuro hace que busque siempre la supuesta mejor opción, llamémosla A. Esta opción A, por el hecho de ser la que obtiene mejor resultado, reacciona en mi personalidad haciendo que tenga que dirigirme a ella con el máximo esfuerzo, esfuerzo que puede que no sea apto para mí. Me exijo demasiado, dicen… no diré que no, claro.

Autoexigencia elevada… eso me recuerda, que tengo que mejorar… que mejorar, que mejorar, que mejorar… vida estresante la de estar en continua mejora, ¿no? Por eso mismo me parece coherente.

Pero pensemos en el segundo factor: estado.

Veamos un estado normal físico, mental, de autoestima, de atención y de rendimiento. Bien, ahora bajémoslo un escalón (por culpa del estrés, claro)… Si baja todo, bajan los niveles de esfuerzo que se me es concedido realizar dado mi estado, ¿verdad? Bueno pues, eso no puede ser, debo esforzarme más, más para mejorar, mejorar para el futuro, para rendir, para tenerlo todo… ¡ALTO! Se ha formado un bucle infinito… Nunca puede disminuir el estrés si se exige demasiado…

Digamos, por dejar a un lado términos psicológicos… digamos que Mónica ha venido para quedarse. Cuando ya no pueda chillar, regañar, alborotar ni estresar más, ella sola volverá al armario. Paula: “ajo y agua guapa”.

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