jueves, 26 de agosto de 2010

Polisemia del abrazo.

-Me encanta abrazarte, ¿lo sabías?
-Lo intuyo porque no dejas de hacerlo.
-Pero, ¿sabes por qué?
-No, ¿por qué?
-Porque eres cálido, cálido como mi cama las noches frias cuando el hinvierno hacecha con rayos y truenos fuera, y solo el cálido arropaje de mi cama me puede calmar; porque eres frío como mi cama en verano cuando el sol quema fuera, y la humedad hace que permanezca el ardor durante la noche, y solo me siento fresca y a gusto en ella; porque me da seguridad abrazarte como cuando mis padres me daban la mano de pequeña, y yo me sentía protegida; porque cuando me aprieto contra tí tengo menos miedo del mundo, porque me parece que nada puede hacerme daño cuando tú andas cerca; porque, cuando estoy acurrucada en tu pecho, oigo cómo tu corazón va más rápido, oigo tu respiración que se acompasa con la mía como si dos cuerpos quisieran ser uno solo, noto que me miras y sonrío porque lo haces, pero, ¿sabes qué es lo que más me gusta de abrazarte?
-Ah, ¿hay algo más?
-Claro, falta lo mejor.
-Entonces, dime: ¿qué es lo que más te gusta de abrazarme?
-Ver que tú, también me abrazas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario